viernes, 27 de mayo de 2011

"Limpiando" Plaza Catalunya

La policía dice a través de la televisión que la Plaza de Catalunya se está limpiando. Decido acercarme. Relato lo que veo, no lo que ocurre.



Un cordón policial rodea la plaza, sobre las once de la mañana. Intento pasar acreditándome con el carnet del Col•legi de Periodistes. Un mosso frente a la calle Bergara me lo impide argumentando que necesito una acreditación especial. Le pregunto a una periodista de El País y me asegura que con la del colegio basta. Lo intento de nuevo por la entrada de Ronda Universitat y el antidisturbios de la Guardia Urbana al que le pregunto me deja pasar. Eso sí, al no llevar peto ni brazalete identificativo –supongo-, me ordena tomar fotos desde detrás de la barandilla del otrora jardín de las fuentes y ahora huerto de la acampada (aunque poco queda también de este ahora).

Encerrado por un segundo cordón policial, un grupo de acampados se concentra en medio de la plaza. Parece un rebaño acechado por lobos. Siento la comparación, pero es lo que parece. Pululan muchos petos de color naranja fosforescente entre y alrededor de todos ellos. De cuando en vez alguno de los concentrados arenga a los de afuera y éstos –dicho sea de paso, cada vez más numerosos- les jalean con gritos y aplausos. En un par de ocasiones, veo a dos personas cruzar pies para que os quiero a través de los dos cordones y unirse a los resistentes del interior de la plaza. En una tercera vez, una chica no lo consigue al ser interceptada y aporreada por un antidisturbios.

Mientras tanto, el servicio de limpieza de Barcelona baldea la plaza con agua a presión. Montañas de restos del campamento jalonan el perímetro interno de la plaza. Me sorprende ver ordenadores apilados. Algunos periodistas llevan botellas de cinco litros de agua a los concentrados, que a juzgar por el calor y el sol que hace no deben de estar pasándolo muy bien. Me acerco a la entrada de Ronda de Sant Pere y Passeig de Gràcia. Un Mosso de los que custodian el acceso me solicita la identificación. Se la facilito. Varias personas me gritan que le pida el número de identificación. Sonrío pero no lo hago. El mosso les mira con cara de pocos amigos.

En la entrada situada entre esta y la de Portal de l’Àngel los ánimos se caldean, pero desde mi atalaya poco privilegiada parece que no pasa a mayores. Con todo, el ambiente cada vez está más crispado y oigo a algunos periodistas comentar que la policía cargará. Entran camiones de limpieza. No sé cuántos, pero mazo. En pocos minutos desaparecen las pertenencias de los acampados engullidas por las cajas de los camiones. Los vehículos tardan unos instantes en abandonar la plaza. Luego, en casa, oigo al conseller de Interior, Felip Puig, afirmar que varios manifestantes les entorpecían la salida.

Hacia la una del mediodía, la urbana se retira del interior y otro tanto debe de haber sucedido con los cordones exteriores, porque centenares de persones acceden en pelotón a la plaza. A mi vera, a la izquierda, entre las dos fuentes, una cuadrilla de agentes dispara -no sé qué, pero el estruendo ahí está- a los que entran a raudales por la puerta de Ronda de Sant Pere. Había habido otros disparos antes que éstos, pero es en ese momento cuando un enjambre de “indignados” emerge en tropel de las entrañas de la plaza, cruza el jardín de las fuentes y persigue a los cuatro agentes, a la vez que algunos les arrojan botellas y otros objetos. A partir de entonces veo más cargas. Y persecuciones y carreras. Y un par de heridos. Uno llevado en volandas por compañeros. Y otro, cojeando y ayudado por otra persona. 

El helicóptero, que en todo momento controla la “limpieza”, desciende al nivel del techo de los edificios colindantes. Poco a poco, la policía se retira hacia Ronda de Sant Pere. Allí, cortan la calle con un enésimo cordón. Los manifestantes llaman con carteles y voceando a la resistencia pacífica. Altavoz en mano un joven invita a ocupar la plaza para hacer una asamblea. Unos enfermeros acompañan entre manifestantes y policías a una chica cuyo rostro denota dolor, pero no acierto a discernir por qué. Minutos más tarde, en Plaza Urquinaona, las furgonetas de los antidisturbios hacen amago de marchar y, tras ellas, salen corriendo muchas personas. Pero al fondo de la plaza, maniobran un cambio de sentido y, a toda pastilla, regresan por Ronda Sant Pere. Montones de ciudadanos –y turistas- han documentado con cámaras y móviles este vaivén de vehículos policiales.

Plaza Catalunya está abarrotada de nuevo justo después de que la policía se haya marchado. Oigo a Felip Puig mientras escribo estas líneas que el objetivo de limpieza se ha cumplido. Los periodistas le explican que todo sigue como antes de la intervención policial: ya hay cocina, por ejemplo, aseguran.

Tres apuntes finales: otro día llevaré peto y/o brazalete; no entiendo por qué ha disparado ese grupo de cuatro policías; y tampoco por qué la policía no se une a los  "indignados", cuando seguro que ellos -como gran parte de la ciudadanía- está harta de muchos desmanes del sistema.

6 comentarios:

  1. En las urnas ha ganado la derecha represora y esta carga policial es una consecuencia, habrá más, esto continuará así, con estos chorizos en el poder acabarán con todos.
    Salud

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  2. Creo que este movimiento debería concretarse en algo más, aunque tal vez ya se estén fraguando iniciativas que aún desconozca. De todas maneras tienen mi apoyo.

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  3. 1- Los disparos de la policia eran salvas sin cartucho. (vacios)
    2- El movimiento de esta gente indignada és un fenómeno de salud democràtica, la voz de los descontentos con este sistema imperfecto que clama de algunos cambios necesarios. Alguien debe parar los pies a la banca, a los grandes capitales, a los políticos que roban a manos llenas. La democràcia deberia crear un órgano apolítico de ciudadanos representantes de cada barrio, pueblo que fuera escuchado en las cortes y que tubiera voz y voto.
    3- Algo destacable en todo esto, visto desde fuera, es el papel de internet en todo esto. Un hecho que ha de ser analizado. Internet ha sido capaz de aunar la voz de los que no tenían. Ha sido capaz de sacar a la luz a través de cadenas de mensajes las clamorosas injusticias que se cometen con total impunidad ( sueldos i atribuciones de políticos, fraudes, desastres medioambientales, entre otras...). Quizas esta es la voz de gran parte de personas que ya no se dignan ni de ir a las urnas, porque saben que realmente los políticos una vez elegidos no le van a representar, no van a hacer ningún cambio que lo que ya està establecido, lo que ya está pactado y sellado a cal y canto por los poderes económicos. Por primera vez el pueblo habló con voz propia y se ha extendido como una mancha de aceite. Que esto continúe y que se den cuenta los intelectuales y gente de cultura de esto (supongo que los no subvencionados).

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  4. Gracias a los tres por vuestras aportaciones. A Francesc: Habrá que estar al tanto más que nunca, entonces. Como también hay que vigilar muy de cerca a Plataforma x Catalunya. Felip Puig dijo que permitiría la acción dentro de la ley y un poco más allá, leí ayer en El País. ¡Ojo, pues!

    A anónimo 1: Lo bueno es que desde hace años que tenía que haber ocurrido algo así. Por ejemplo, los precios de los pisos desde hace una década o más que están por las nubes, que son un robo legalizado, vaya. Esperemos que no se diluya, que no se quede "solo" en el derecho a la queja.

    A anónimo 2: No sé si fueron salvas o no, como ya digo en el texto. En todo caso, a mi juicio, fue contraproducente, y supongo una descoordinación, pues los cordones policiales ya se habían retirado. Quien oye los disparos no sabe qué se dispara y menos si estás en la línea de fuego. Dudo mucho de que los acampados se hubieran dirigido hacia los agentes y lanzado botellas si estos no hubieran disparado.

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  5. ANIMO A LOS JÓVENES A QUE SIGAN LA LUCHA, DE LA FORMA QUE SEA, PERO SIEMPRE SIN VIOLENCIA, VOSOTROS SOIS EL FUTURO DEL PAÍS.
    YO TENGO 71 AÑOS Y EN LA HUELGA DE TRANVIAS DEL AÑO 1951 (CON 11 AÑOS) PUSE PIEDRAS EN LAS VÍAS DEL TRANVÍA HASTA QUE DESCARRILÓ UNO Y EN LA HUELGA, TAMBIÉN DE TRANVIAS DEL 56 ESTUVE 15 DÍAS YENDO Y VOLVIENDO A PÍE A TRABAJAR (DOS HORAS HASTA EL TRABAJO). ERA CASÍ IMPOSIBLE MANIFESTARTE PERO SÍ PODIAS PROTESTAR, AUNQUE DE UNA FORMA SIENCIOSA. AHORA PODEIS HACERLO, ÁNIMO Y ÓJALA SALGA ALGO POSITIVO DE TODO ESTO.

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  6. Me parece, último anónimo, que dispone usted de una historia interesante a contar. Si está interesado en explicarla con más detalle, podría ponerse en contacto a través de mi correo: delbarrioymas@gmail.com

    Saludos

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