viernes, 18 de noviembre de 2011

Brigadistas internacionales reciben homenaje en Barcelona

Vicente (con gorra) y José (con bandera al cuello) posan junto al monumento en recuerdo de los brigadistas.
El gobierno de la República decretó hace 75 años la creación de las Brigadas Internacionales, compuestas por unos 35.000 voluntarios extranjeros que entre 1936 y 1938 combatieron contra las tropas franquistas en la Guerra Civil española. Con motivo de la efeméride, brigadistas, familiares y amigos han recibido homenajes en varias ciudades españolas. Los hermanos José y Vicente Almudéver son dos ellos. Franceses de padres españoles, vivían en Alcàsser (Valencia) en el momento del alzamiento militar. Me encuentro con ellos en el acto de rememoración celebrado en Barcelona el pasado sábado 29 de octubre.

Vicente combatió durante todo el conflicto, “hasta la retirada el 9 de febrero del 39”, detalla. Partió con el batallón de las Juventudes Socialistas Unificadas de Valencia hacia el frente de Guadalajara: “El batallón disponía solamente de la mitad de armamento”. Precisamente por eso, el Estado Mayor decidió retirarlos del Jarama a El Escorial, en donde se pertrechó a todo el batallón. Estuvo año y medio combatiendo en la sierra de Guadarrama. Pero recuerda de forma especial los preparativos de la batalla del Ebro: “El paso del Ebro consistía en fabricar barquichuelas para pasar 130.000 o 140.000 soldados, y eso lo logramos escondiendo los barcos a lo largo del río porque la aviación de Franco vigilaba muy intensamente todo el Ebro”. Cruzó el cauce el 24 de julio a las 4 de la mañana, y desembarcó entre Flix y Ascó.

Su hermano José, que combatió en la batalla de Teruel, no guarda buenos recuerdos “porque perdimos la guerra, porque nos la hicieron perder”. Se refiere al Comité de No Intervención, debido al cual las Brigadas Internacionales salieron de España a partir de septiembre de 1938. José se queja de que “los internacionales no quedábamos más que 12.000 y solo italianos aún había 60.000 u 80.000”. En el puerto de Alicante se agruparon los últimos soldados republicanos para salir de España antes de finalizar la guerra. “Declararon el puerto de Alicante zona internacional y que los nacionalistas no entrarían y fue todo lo contrario, fue como una ratonera”, rememora enojado. “Eso fue criminal y la última traición del Comité de No Intervención porque caímos por ellos si no, no hubiéramos caído”, remata.

En la Rambla del Carmelo, a escasos metros del monumento en memoria de los voluntarios, brigadistas y familiares reciben el calor de unas 150 personas que concurren al acto de recuerdo. Charlas y canciones solemnizan el momento. Banderas tricolor y alguna soviética ondean alrededor de los presentes. También hay representación de políticos locales. Cuando pronuncian discursos, un cartel alzado por dos jóvenes les espeta que no son dignos de asistir al homenaje. De entre el público una voz arenga: “¡Trabajadores del mundo, uniros contra el fascismo y la explotación!”. Es Tomás Marín, un crío durante la República. “Con seis años me percataba de que lo que reclamaba la República era interesante porque mi propia familia lo estaba pasando canutas”. Aun siendo un chaval, este albaceteño de casi 87 años recuerda que “los hombres de trabajo estaban casi todos en la guerra y los viejos y los niños cogíamos las cosechas”. Transcurrió su infancia en Albacete, en donde se hallaba el cuartel general de los brigadistas. En 1951, se instaló en Barcelona y, a partir de 1960, militó en el PSUC. Defiende, ante todo, “la dialéctica” y “la honradez” como vías para la consecución de metas.



Familiares y amigos de la Brigada Abraham Lincoln –que agrupó a cerca de 3000 voluntarios estadounidenses- muestran en todo momento una bandera que recuerda a sus seres queridos. Las fotografías de los brigadistas Matti Matson –fallecido justamente este año-, Moe Fishman, Nick J. Demas y Steve Nelson jalonan la enseña. Por el público destaca un hombre corpulento con boina y una camiseta estampada con el rostro de Dolores Ibarruri en la que se lee: “Dolores vive. Pasionaria: una flor del siglo XX”. Todos luchan contra el olvido. Más de 50 nacionalidades integraron las Brigadas Internacionales. La mayoría provenían de Francia, pero también los había italianos y alemanes. Dos representantes de la asociación alemana “Amigos de la República Española” me explican que “unos 3500 alemanes lucharon en la República”. La mitad murieron durante la contienda y el resto acabó en campos de concentración o luchando junto a la resistencia, ya en Francia, ya en otros países europeos.


Testimonios vivos de la lucha contra el fascismo, los hermanos José y Vicente siguen batallando en la actualidad. José Almudéver sostiene que ahora “se puede hacer lo que nosotros no llegamos a hacer sin guerra”. Su hermano relata cómo lidian por la memoria histórica. Visitan colegios para explicar a los niños y jóvenes qué fue la Guerra civil española. “Y lo haremos mientras respiremos”. Vicente se emociona porque asegura detectar en la juventud el espíritu de la lucha de ayer: “Vemos que algo de aquello se refleja en el movimiento de los indignados, porque yo cuando vi en Madrid calles llenas de jóvenes, fue algo emocionante e importante para mí. Lo que empezamos hace 75 años lo está continuando la juventud de hoy en día. No son las mismas conquistas, porque allí en España [y se corrige de inmediato], aquí, en nuestro país, era la República pero lo que los indignados hoy quieren es un modo de vida donde se pueda vivir tranquilo con la familia”.

El acto concluye con una ofrenda floral y la plantación de un olivo como símbolo de paz y recuerdo del 75 aniversario de la creación de las Brigadas Internacionales. Responde José cuando le pregunto por los homenajes: “Agradecemos de todo corazón que se acuerden aún de nosotros y además creo que servirá de ejemplo”. El tiempo tiene la última palabra.

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