martes, 20 de septiembre de 2011

Arcadi Oliveres, economista y presidente de Justícia i Pau

“Con el dinero que se le ha dado a la banca –repleta de delincuentes- se podría haber eliminado el hambre del mundo los próximos 54 años”

Arcadi Oliveres reparte estopa a diestro y siniestro. No tiene pelos en la lengua a la hora de atizar a los poderosos delincuentes del planeta. Asistí hace unos días a una charla que ofreció en el Centro de Cultura Vasca de Barcelona (Euskal Etxea). Confieso que sólo presencié la conferencia, pero me perdí el espacio final dedicado al debate. Aún así el presidente de Justicia i Pau –organización dedicada a luchar por los derechos humanos- regaló algunas perlas que deseo compartir con ustedes.

Arrancó Oliveres refiriéndose a unas palabras del exdirector general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, a quien le otorgó credibilidad por ostentar los cargos que ocupa (presidente de la Fundación Cultura de Paz, presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, además, como hemos señalado, de exDirector General de la UNESCO): “En todo el mundo 80.000 persones mueren de hambre cada dia”. “Más crisis que la de Haití, que la del terremoto de Japón y, por descontado, más crisis que nuestra crisis”, añadía de su propia cosecha. Según el economista catalán, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) aseguró en junio de 2008 que podría erradicar el hambre “si se dispusiera de 50.000 millones de dólares al año”. Pero los países ricos le negaron esa cantidad.

 Arcadi, al terminar su disertación en el Centro de Cultura Vasca de Barcelona.

Tres meses más tarde, el 15 de setiembre de 2008 quiebra la banca norteamericana Lehman Brothers y se desencadena una crisis financiera a la que los gobiernos responden inyectando dinero de forma constante a la banca. Oliveres ha calculado cuánto han desembolsado los gobiernos en estos tres años, y ha descontado el poco capital que la banca ha devuelto. La cuenta asciende a la inimaginable cifra de 2 billones 700.000 millones de dólares, “54 veces más que lo que se necesitaría para eliminar el hambre del mundo, o, dicho de otra manera, con el dinero que se le ha dado a la banca –repleta de delincuentes- se podría haber eliminado el hambre del mundo los próximos 54 años”.

“Esto es un acto criminal del que los gobiernos son totalmente cómplices”, sentencia. “Los gobiernos que dan dinero y los bancos que lo reciben son exactamente los mismos o íntimos amigos”, reflexiona Arcadi, ya que de otra manera no se explica por qué los mandatarios no proporcionan esa ayuda para acabar con el hambre. Pone como ejemplo la amistad entre Jeffrey Skilling, expresidente de Enron -que quebró por bancarrota en 2001- y Bush padre e hijo. Skilling lleva 4 años en la cárcel de los 24 a los que fue condenado por fraude y conspiración.  Y añade que estas amistades no se dan de forma exclusiva en Estados Unidos sino que también en España. Hace un tiempo, con motivo del cumpleaños de la Reina Sofía, la familia real al completo aparecía fotografiada en los diarios; con ellos una persona que nada tiene que ver con la familia: “Paloma O’Shea, y está casada con un señor que se llama Emilio Botín, que es el primer estafador y el primer banquero del país”, sostiene.

Soros versus Tobin

La especulación bursátil –detonante principal de la crisis junto a la especulación inmobiliaria- ha crecido enormemente a nivel mundial por tres razones: por internet, por el libre movimiento de capitales y porque no existe ninguna autoridad que quiera frenar esta especulación. El G20 se creó para frenar la crisis. Según Arcadi, en cinco reuniones no han hecho “nada de nada de nada para frenar la crisis”.  “Nadie hace nada y menos el G20, que son los mayores especuladores y no se tirarán piedras a ellos mismos”, lamenta.

De esta crisis –continúa- ya nos había advertido hace años el que es ahora “el mayor especulador del mundo, George Soros” (a título individual, porque a título colectivo son los Fondos de pensiones, puntualiza). Y avisó de ello llevando a cabo una operación con la que hizo descender la libra esterlina un 15% tras haber comprado durante un tiempo todas las que había en el mercado para después venderlas de golpe. Al inundar el mercado con libras esterlinas el precio de éstas se desplomó, y quienes tenían las vendían para evitar mayores pérdidas. “Para una moneda perder el 15% es enorme, enorme”, aclara el economista. Con el precio de la moneda inglesa por los suelos, Soros ordenó comprar de nuevo libras esterlinas. Una vez adquiridas dejó de intervenir durante unos meses, hasta que la moneda recuperó fortaleza. Después, poco a poco, y a lo largo de seis meses, controlando que los precios no descendieran en picado, vendió todas las libras que poseía. Con esta maniobra, amasó 1000 millones de dólares. Soros mismo reconoció que sus operaciones especulativas dejaban mucho que desear a nivel moral y que deberían estar prohibidas, pero que continuaría ejecutándolas porque no existe ninguna autoridad a nivel mundial que le impida hacer tales acciones.

“Una única persona se ha querido oponer a tales operaciones, ya fallecido, un premio Nobel norteamericano que se llamaba James Tobin”, subraya el conferenciante. El Nobel no pretendía prohibirlas. Tobin proponía que por estas operaciones bursátiles se pagaran impuestos, “de manera que cada vez que usted compre o venda para especular tendrá que pagar un 1 por 1000 de la cantidad comprada o vendida”, detalla Arcadi. Tobin calculó que aplicando un 1 por 1000 sobre las operaciones especulativas mundiales, la mitad desaparecería, porque dejaría de tener interés, pero subsistiría la otra mitad. De ésta los gobiernos recaudarían –apunta el economista nacido en Barcelona- “200.000 millones de dólares al año; fijémonos bien, 200.000 millones supone cuatro veces más de lo que ONU pedía para erradicar el hambre del planeta”. Todos los parlamentos han rechazado instaurar este impuesto, excepto el europeo, que precisamente no tiene potestad para aplicar esta medida. “Esto se llama quedar bien sin pagar”, anota.

Sala de Euskal Etxea, en la que charló sobre la situación económica actual.

En manos de delincuentes financieros

“Estamos en manos de delincuentes financieros”. En referencia a los siete últimos ministros o viceministros de Economía de EUA, indica que “todos ellos, antes de ser ministros o viceministros, los siete, eran altos directivos de una banca norteamericana que se llama Goldman Sach”. Esta compañía –explica Oliveres- ha sido condenada por siete u ocho tribunales norteamericanos por estafa, mala gestión de la información, por especulación indebida y por no pagar impuestos. “Todo tipo de delitos ha cometido esta banca; dicho de otra manera, estos últimos ministros y viceministros de economía de EUA no eran otra cosa que siete perfectos delincuentes financieros”.

En Europa también ocurre. Jean Claude Trichet, antes de presidir el Banco Central Europeo, trabajó de alto directivo para una compañía francesa llamada Crédit Lyonnais. “Crédit Lyonnais fue procesado por estafa. Y en un acto completamente ilegal el gobierno de Francia presionó a la judicatura francesa para que limpiara el expediente de este señor”, asegura el presidente de Justícia i Pau. Así, añade, ha podido “dirigir la banca central europea, cosa que ha hecho en los últimos ocho años”. En noviembre se le acaba el mandato, y ya hay un sucesor, Marco Draghi, gobernador del Banco de Italia y ex empleado de Goldman Sach.

Manifestación del 15-M el pasado 19 de junio.

Cien pisos vacíos por cada persona sin hogar
Según Arcadi, la actual crisis se ha visto agravada por la especulación y la falta de recursos futuros. Respecto de la especulación inmobiliaria, responsabiliza a todos un poco: “Aquí, quien más y quien menos ha participado en esta especulación. Todos nos acordamos que hace cinco o seis años, ¿cuánta gente se compraba un piso vacío, con la intención de venderlo por el doble de su precio? (…) La gente compraba pisos no para guardarlos, no para alquilarlos, no para dejárselos a los hijos, sino para cerrarlos y esperar a que dentro de tres años subieran. Esto se llama especulación. Claro que los bancos han tenido culpa, claro que las cajas han tenido culpa, pero nosotros también”. Según Cáritas –asegura Arcadi-, por cada persona sin hogar en Cataluña “hay 100 pisos vacíos”.

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