miércoles, 11 de abril de 2012

Resistencia pacífica, ahora más que nunca

¿Se ha incrementado la violencia en Barcelona? El pasado 29M, desde luego. Pero no es lo mismo quemar contendores, romper cristales o incendiar un Starbucks, que dejar tuerta a una persona de un tiro con una bala de goma. Y no digo que lo primero deba quedar impune. (Y ni mucho menos lo segundo, ojo).

Violentos y no violentos coinciden en fines. Si el poder dice que hay violencia –obviando la suya, claro: la social y contra la integridad física de las personas-, se escudará en la actitud de los primeros para no escuchar a los segundos, cuando ya antes de la violencia no se les escuchaba.

¿Violencia del Estado? Los antidisturbios siempre han sido violentos. Es su razón de ser, su función, para eso fueron creados. O amedrentan con su presencia, o usan la fuerza. Felip Puig reclama más miedo al sistema. Al poco de su toma de posesión ya anunció tensar la ley e ir “un poco más allá”. Nada nuevo bajo el sol, por tanto. ¿Esa declaración de intenciones de ir “más allá” no significaba hacer apología contra el Estado de derecho, más en un cargo de su relevancia?

Si usamos la violencia justificamos la del poder. A lo largo de la historia, por norma general, la humanidad no ha hecho más que caer en ese error una y otra vez. Alguien dirá que, como decía al principio, no es lo mismo violencia contra propiedad pública o privada que contra la integridad física de las personas. No, como ya dije, no es lo mismo, pero tampoco seamos ingenuos. La violencia de los encapuchados –supongo anticapitalistas que ven con buenos ojos cualquier método para derrocar al sistema capitalista- podría haber derivado en algún incidente más grave (¿no hubo un encapuchado que pegó a un trabajador en Sants?). Y, además, siempre hay justos que pagan por pecadores. [A mí que una empresa o una persona se enriquezca me trae sin cuidado. Lo que no quiero es que sea a costa de la corrupción o la explotación de sus trabajadores].

Esto es lo que reclamo: resistencia pacífica, ahora más que nunca, cuando parece que se avecinan tiempos peores. No dar pie a excusas ni mucho menos a razones.



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Y un añadido sobre los detenidos el 29M:

Al oír la noticia de que continuaban en prisión los dos detenidos del 29M, me comentó una conocida: “Tengo una amiga a quien su novio la intentó matar y no pisó la cárcel”.

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