miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Una victoria de Palestina? ¿Una amenaza para Israel?

Tras 50 días de conflicto, Israel y Palestina han acordado un alto el fuego indefinido y permanente. Parece que, de momento, ambas partes lo respetan. Israel inició la guerra para neutralizar el lanzamiento de mísiles desde Gaza y destruir los túneles que se infiltran en territorio hebreo. Querían defenderse del terrorismo. Pero resulta que el balance del conflicto no deja lugar a dudas de que ha sido peor el remedio que la enfermedad, que la supuesta enfermedad. Si no, ahí están las cifras:

Palestina:
  • 2.140 muertos, la mayoría civiles (unos 500 son adolescentes y niños).
  • 11.000 heridos.
  • Más de 17.000 edificios de Gaza destruidos o dañados de forma severa.
  • Unos 475.000 desplazados dentro de las fronteras, más de un cuarto de la población de la Franja.
Israel:
  • 64 soldados muertos.
  • 6 civiles muertos.
Además, un ciudadano tailandés.

Balance víctimas mortales del conflicto en Gaza
Con fondo verde, la cantidad de niños y adolescentes muertos.
Las cifras son las cifras. ¿Quién es una amenaza para quién? Israel comete el error táctico de la mirada cortoplacista. Por mucho que haya mermado la capacidad bélica del enemigo, ha incrementado a corto, medio y largo plazo el odio hacia Israel por parte de los hijos de Palestina. Es más, sus acciones desmesuradas contribuyen a extender por el orbe las antipatías hacia Israel. ¿O es que Israel no quiere alcanzar la paz?

Tampoco afirmo que los militantes de Hamas sean unos santos, porque –no seamos ingenuos- si no han matado más es porque no han podido. ¡Pero alto!, una efectividad mayor por parte de las milicias palestinas sería lógica dentro de la “lógica” de los combates: el querer hacer más daño al enemigo, a no ser que se pretenda quedar como víctimas a cualquier precio. Al margen de esta reflexión, insisto, el balance de muertos, heridos y desplazados es tangible, y lo anterior una mera hipótesis. Ya puestos a analizar, no me parece adecuado que Hamas haya descrito el acuerdo con Israel de “victoria de la resistencia palestina”, por razones obvias.

Por último, un deseo. Si Israel y Palestina alcanzan una paz definitiva, ofrecerán a la Humanidad y a la Historia un ejemplo capital de convivencia dentro de unos antecedentes de absoluta adversidad. Si ellos pueden, todos podremos. Poded, por favor.

Israel, levanta el embargo y reconoce a Palestina.




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