"Te alabamos señor". Así se podría resumir el mensaje de la
película sobre la vida y obra del cofundador de Apple, Steve Jobs. No sé si fue un genio de la talla de Einstein, Newton o Darwin –por citar a tres de los más grandes-, pero así lo retratan en la película (quizás exagero un
poco mucho).
Jobs, según la película, no dudó en pisotear o ningunear a sus semejantes si se interponían en su proyecto empresarial, en su caso, vital. Dato este que no es óbice, ni mucho menos, para considerar a alguien un genio en su materia.
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Exposición sobre la revolución digital en el Palacio de la Virreina. |
¿Qué atractivo albergó y alberga Steve Jobs? Es bien sabido que la compañía de la manzana cuenta con legiones de
seguidores fieles, de aquellos que esperan días al raso para ser los primeros en comprar un nuevo modelo de
smartphone o tableta. A mí, sobre todo, lo que me gusta de personas como Jobs es que conocen con exactitud
qué quieren y no cejan en el empeño, por más obstáculos que se alcen a su paso. El dueño de Apple topó con la horma de su zapato, y vislumbró, encima, el potencial mercado que su producto casi inauguraba.
Un amigo mío tuvo una tienda de ordenadores Apple hace ya bastantes años. Recuerdo que un día mencionó que uno de los carteles publicitarios de su local rezaba:
“Windows 95=Mac 88”. Traigo esta anécdota a colación porque en el largometraje se hace referencia a este episodio de
supuesto plagio de la compañía de Bill Gates, Microsoft. Aunque también tengo entendido que Jobs se adueño de inventos o proyectos ajenos.
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En primer plano, una imagen de un Jobs pensativo. |
Al poco de ver esta película, tropecé por
causalidad con una
exposición fotográfica en el Palacio de la Virreina (Barcelona) que trataba sobre
la revolución digital en el Valle del Silicio entre 1985 y 2000. La pude visitar justo el último día que estaba abierta al público, el pasado 24 de septiembre. O sea, que lo siento por los que quisieran haber ido; por lo menos, en esta entrada dejo dos fotos y algunos enlaces, como esta
colección de citas célebres de Jobs.
El
fotógrafo Doug Menuez reunió durante tres lustros más de 250.000 negativos. Empezó con Steve Jobs pero al cabo de tres años amplió su proyecto a otras compañías tecnológicas. En uno de los carteles de la exposición, Menuez afirmaba que “desde el año 2000, ninguna innovación tecnológica ha conseguido ser tan fuerte como para crear millones de puestos de trabajo en Estados Unidos, como fue en su momento la invención del ordenador personal”. Empresas como Google, Facebook o Twitter “se basan principalmente en la repetición de software fabricado durante la revolución digital”. Menuez se pregunta
quién será el próximo Steve Jobs.
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