E.K.E.Z., que contaba con 30 años cuando entró en prisión, solicita 10 millones de euros. No es solo la privación de libertad de forma injusta, sino el tiempo que dejó de ver a sus tres hijos pequeños, y las vejaciones que sufrió en prisión por un delito que jamás cometió ni existió, entre otras penalidades. Si hubiera sido indemnizado con los 10 millones de euros que la Audiencia Nacional le ha denegado, habría cobrado 126,8 euros a la hora. Recordemos que no se trata de cobrar por un trabajo sino de hacerlo por haber cumplido condena durante nueve años cuando debería haber estado libre.
Ilustración: Vladimir Zúñiga |
“Supresión de derechos fundamentales: teóricamente la entrada en prisión tendría que suponer solamente la supresión de la libertad por un mandato judicial. Pero realmente, y a causa de la indefensión de los presos, se traduce en una supresión de muchos otros derechos fundamentales sin una orden judicial como puede ser el derecho a la educación, al trabajo, al asociacionismo, a la libertad de expresión, a la salud, a una muerte digna, etc”. (La injusticia entre rejas, Jordi Balot)Ciertamente, se cometió un error garrafal, impagable, y solo de pensar en que algo así pudieran hacer conmigo me sacuden unas ansias de venganza insuperables hacia los falsos testigos y el sistema que pretende subsanar el daño con migajas. Quizás la equivocación se podría intentar resarcir no solo con dinero contante y sonante. Por ejemplo, con ciertas prebendas de cara al exrecluso y su familia por lo que se refiere a impuestos, vivienda y educación. O incluso corregir mediante un sueldo ya de por vida, o durante los próximos 50 años (por acotar una media de años). Pongamos 4.000 o 5.000 euros al mes. Esto sería en total entre 2,4 y 3 millones de euros.
No sé… pero insisto en que 650.000 € por nueve años me parece un insulto, una nueva condena, un reírse de la vida de la gente.
Las prisiones, a juicio
Paralela a esta noticia, se me ocurren además las siguientes incógnitas: ¿cuántas personas habrá en la cárcel de forma injusta? ¿Cuántos inocentes habrán muerto encarcelados? Contestar a estas cuestiones es difícil, pero intentaré responderlas en un post futuro.
Solo adelantar un par de datos sobre la población penitenciaria facilitados por el Ministerio del Interior.
- A fecha de 31 de diciembre de 2011, en España había 70.472 reclusos, 92,5% hombres y 7,5% mujeres.
- En 1990, en las prisiones se concentraban 33.058 reclusos, es decir, la población reclusa se ha más que duplicado en 20 años. Podéis ver la evolución en el gráfico:
Evolución de la población penitenciaria en España entre 1990 y 2011, según el Ministerio del Interior |
Para concluir, según el estudio de Jordi Balot, el 61% de la población reclusa española es reincidente. ¿Es entonces efectivo el sistema penitenciario? ¿Sirve para reinsertar o se convierte en un mero castigo? Afirma el autor de ese informe que si los jueces conocieran las cárceles por dentro no enviarían a ningún condenado. Cuando las visitan, avisan con antelación y la dirección del centro les prepara un “tour turístico” para que se marchen con la conciencia bien tranquila. Aromas de la Historia de la locura en la época clásica, de Michel Foucault, percibo tras echar un vistazo al mencionado artículo.
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