Catalunya no se independizará

Vaya por delante que desde siempre he mantenido que no soy nacionalista catalán ni español, pero que, de cara a un hipotético referéndum sobre la independencia de Catalunya, votaría que sí. Prefiero que España y Catalunya caminen por sendas diferentes a que durante toda mi vida continúe escuchando los sempiternos ataques de Madrid contra Catalunya o contra Euskadi, bien en forma de cortinas de humo para tapar vergüenzas españolas, bien por puro odio hacia todo lo catalán o vasco.

Pero Catalunya no se independizará. He repetido decenas de veces que de CiU no me fiu: en la federación nacionalista nunca se ha pronunciado la palabra independencia, Mas llegó a hablar de interdependencias con España en temas de seguridad y defensa e incluso ante el periodista Jordi Évole aseguró que no habría avanzado elecciones si Rajoy hubiera atendido su demanda de mejora de la financiación. Pero la gota que colma el vaso aparece este jueves en forma de titular en la prensa. El presidente de Catalunya anuncia que si Rajoy impide la consulta el año que viene, en Catalunya se celebrarán elecciones plebiscitarias en el 2016.

Barra libre a Rajoy

Dos años de prórroga a Rajoy. Mas se lo sirve en bandeja. Como el mismo presidente del gobierno de España anunciara hace unos días, nada le va a distraer de trabajar por salir de la crisis, aunque se refiriera al caso Bárcenas. Ni en los mejores sueños del presidente español.

¿Y cuándo Rajoy prohíba –que las prohibirá- las plebiscitarias?, ¿prorrogará Mas la declaración unilateral hasta el 2018? ¿Por qué convocó el año pasado elecciones en solo dos meses ante la negativa de Rajoy a negociar otra financiación y, ahora, aplazaría los comicios dos años? Me temo que la respuesta es sencilla. CiU no deseaba –ni desea- la independencia, sino una mayoría absoluta que no consiguió. Ahora, en cambio, las encuestas le son desfavorables. ¿O emplearán como subterfugio que se necesita ampliar una mayoría social para celebrar las plebiscitarias? Porque lo de mejorar la economía también podría esgrimirse para el año de la consulta. Insisto de CiU, no me fiu.

Tampoco parece que ICV tenga claro qué rumbo escoger. No obstante, lo más grave llega ahora no desde CDC, sino desde el partido independentista por antonomasia. Leed las palabras de la secretaria general de ERC, Marta Rovira: “(...)pueden salir hechos aleatorios que no estén a nuestro alcance que no lo hagan posible”, en referencia a la celebración de la consulta el año que viene. Por favor… Señor Junqueras, ante declaraciones así, no tire piedras sobre tejado ajeno cuando el suyo es de cristal.

Al margen de la presión popular, lo que hace falta es voluntad y coraje político. Y no hay ni lo uno ni lo otro. No, no habrá independencia. Y lo peor de todo es que cuando los dirigentes catalanes se postren de nuevo a los pies del poder español, Catalunya y los catalanes con ella quedarán en ridículo ante el mundo. Como bufones. Los partidos nos toman por tontos. Nos utilizan. Está todo perdido. O casi. Catalunya “solo” dispone de la presión social.
       
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No te pierdas el post del día después: "La ambigüedad calculada de Artur Mas". Y la segunda parte: Carthago delenda est.

En las próximas entradas que publique sobre la independencia hablaré de la Vía Catalana y del cada vez menos creíble estado catalán. Otros posts sobre la independencia.

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