¿Esclavos de Google?

Google no es sólo un buscador de páginas en internet. Es una compañía que el año pasado facturó más de 38 mil millones de euros, con un beneficio neto de 8.134 millones, y que posee más de 37 mil trabajadores en todo el mundo (cifra a finales de 2012). Por capitalización bursátil, Google ocupa el tercer puesto en la clasificación mundial, solo superada por Apple y la petrolera Exxon Mobil.

Google goza de multitud de aplicaciones, programas, utilidades y herramientas gratuitas –como blogger, este gestor de contenidos en el que publico- que muchas personas usamos en la vida diaria, ya sea a nivel profesional, ya a nivel personal.

Pero, sobre todo, Google es la mayor agencia de publicidad del mundo y la compañía que lo está cambiando todo, junto a las redes sociales. Como facebook le empezaba a hacer sombra, Google ya ha intentado varias veces crear su propia red social. Ahora parece que va más en serio con Google Plus, tras el fracaso de wave.

Pero Google posee un potencial de crecimiento casi ilimitado. A saber. No solo crea y diseña aplicaciones y programas nuevos, sino que adquiere programas de otros y empresas cada dos por tres (a veces con la finalidad única de quedarse con los trabajadores). Además, puede nutrirse de ideas ajenas. Cuando a alguien se le ocurre una idea de negocio –sea viable o no- es muy probable que termine buscando a través de Google si ya existe algo similar. En todo caso, esa búsqueda queda registrada en los archivos y bases de datos del buscador.

Google dispone de la mente y las ideas de millones de personas en todo el globo, no solo las de sus empleados. Es una tormenta de ideas constante. Si utilizamos aquí el dicho “piensa mal y acertarás”, el buscador podría alimentarse muy menudo de ideas ajenas, surgidas de los usuarios.

Pero la cosa no acaba aquí. Google vive también de sus generadores de contenidos, es decir, de millones de personas que como yo escriben en un blog, por ejemplo. Y sólo un puñado de ellas –un porcentaje seguramente cercano a cero- obtienen un beneficio decente a cambio. El resto continuamos publicando porque nos gusta, porque ingenuamente creen que será fácil vivir de la red o porque ansiamos obtener algún otro tipo de beneficio (encontrar trabajo, por ejemplo).

No es esclavismo, puesto que publicas porque lo deseas. Si ahora mismo dejara de escribir en blogger nadie vendría a mi casa con una pistola a obligarme a seguir tecleando. Y además puedes optar por no anunciar nada en tu site o blog. Pero me pregunto qué ocurriría si ahora los millones de blogueros que hay en el mundo dejaran de publicar para siempre en sus bitácoras. ¿Cuánto caería el negocio de Google?

Como escribía más arriba, la compañía transnacional californiana ahora mismo apuesta fuerte por su red Google Plus. Porque parece que las redes han venido para quedarse una temporada. Pero la web, mejor dicho, internet continúa evolucionando y nadie sabe qué novedades nos deparará el mañana. Google, en todo caso, figura en una posición privilegiada respecto el resto del orbe para reaccionar con rapidez a los movimientos futuros.

Casi todo lo que hoy vemos en internet ha nacido de mentes gestadas en la era de la televisión o, como mucho, de la incipiente web. Pero ¿qué inventarán los pequeños y pequeñas de hoy día que con menos de dos años manejan con soltura un teléfono móvil o una tableta? Si la red cabe en un dispositivo móvil, es cuestión de tiempo que alguien conecte un chip a las neuronas para que estas busquen directamente en la red. ¿Harán falta según qué estudios en el futuro?

¿Qué haría sin Google? Uso Blogger, Picassa, Drive, You Tube, Fusion Tables, Gmail, Maps, etc. ¿O qué haría si Google empezara a cobrar? No creo que lo hagan pero, si pasara, el gigante se desmoronaría en cuestión de semanas. Otros avispados y/o buitres se afanarían por captar el abandono masivo de usuarios: un suculento mercado.

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