El Tribunal Constitucional debería prohibir los partidos independentistas

El Tribunal Constitucional (TC) debería prohibir los partidos independentistas, empezando por el decano, ERC, continuando por los nuevos, como las CUP o Solidaritat per la Independència, y sin olvidarse de CiU –que aunque no es independentista, ahora va de ello- ni de ICV, que hace poco ha optado por la secesión como vía para decidir la relación con España de igual a igual. De este modo, en el Parlamento de Catalunya sólo quedarían los partidos españolistas, PP, Ciutadans y PSC. Aunque quizás convendría también prohibir a este último, ya que alberga algunos militantes díscolos.

Tribunal Constitucional (Foto: Invisgoth)

Creerán ustedes que lo digo en broma, pues no. Si el TC decide finalmente dictar que Catalunya no es soberana, o que yo, Felipe Blasco, no soy persona, ¿para qué diantres durante todos estos años se han permitido los partidos independentistas, si cuando hay opciones reales de independencia de Catalunya se alude a inconstitucionalidades o pretextos semejantes?

Entiendo. La independencia mostrada por ERC ha servido a los sucesivos gobiernos españoles para engañarse a sí mismos o simular sobre su supuesta democracia y/o fachada hacia el exterior, pero –insisto- el plumero autoritario no ha tardado en aflorar cuando las posibilidades de una Catalunya independiente se perfilan en un futuro no demasiado lejano. Sean consecuentes, por favor, y si piensan que Catalunya no tiene derecho a la autodeterminación, ilegalicen los partidos antes mencionados, cosa que deberían haber hecho con ERC –por ser la decana en esto de la independencia- hace muchos años.

Pero, claro, ¡querían creerse democráticos y aparentarlo al mundo! Y el mundo, empezando por la UE, hace ya tiempo que debería haberse pronunciado con firmeza y haber “obligado” al gobierno español a jugar limpio en este proceso. Más, si se presentan como modelo de democracia.

Derecho de autodeterminación

Como ya he dicho otras veces, parece que a los sucesivos gobiernos estatales no les ha molestado que Catalunya –y otras comunidades- hayan sido soberanas para decidir sobre sus estatutos o gobernantes. La legitimidad sobre la autodeterminación ya existe, solo hace falta voluntad del poder español para hacer legal el referéndum bajo su jurisprudencia. Pero hete aquí, que en el momento en el que se quiere decidir sobre la independencia y no sobre la autonomía, saltan las sirenas y el gobierno español usa todo tipo de artimañas y subterfugios.

¿Por qué no combaten el independentismo con argumentos y razones? ¿No será que saben que ya muy poca gente en Catalunya cree en su palabra? ¿No será que solo transformaciones -hechos, no palabras- de gran calado –impensables tanto en el PSOE como en el PP- podrían hacer mella en el auge independentista? ¿No será que saben que el hartazgo es tal que ya pocos catalanes desean continuar dentro de un estado con el que desde tiempos ha mantiene una tensión constante e inaguantable? Que si los catalanes, que si los vascos… bla, bla, bla… (Por cierto, esta suspensión añade más combustible a los argumentos independentistas) ¿No será, simplemente, que de democracia, poco, y que de nacionalismo español excluyente y exacerbado, a mares?

Finito. De verdad, desenmascárense ya del todo y condenen al ostracismo a los partidos independentistas. Total, si siendo mayoría en el Parlamento les quieren prohibir trabajar por la independencia, ¿qué más da esto que prohibir los partidos soberanistas? ¡Si Kafka levantara la cabeza!

Dejen de luchar, y que el proceso sea lo menos traumático posible para ambas partes. Si una mayoría de catalanes quiere independizarse -CiU mediante-, Catalunya dará con la manera de hacerlo. Si tienes un qué, ya encontrarás el cómo, parafraseando al pensador alemán.

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