viernes, 1 de febrero de 2013

Contra la superchería en La Contra

Oí decir una vez que quizás La Vanguardia aumentaría las ventas si en los kioscos La Contra se dispusiera como si fuera la portada. Y podría ser. ¿Cuántos lectores de La Vanguardia comienzan a leer el diario por la contraportada? ¿Cuántos no consideran La Contra un dulce pasatiempo?, ¿un oasis en medio de la tormenta?, ¿un relax mental, en fin? Pero una cosa es un divertimento y otra muy distinta ofrecer gato por liebre.

Desde hace un tiempo numerosas voces se alzan contra La Vanguardia por parecer La Contra un espacio desinformativo. En especial, cuando se entrevista a científicos, pseudocientíficos o a personas ajenas a la ciencia que se valen de esta para arrogarse cierta aureola de rigor y credibilidad para su beneficio. Personas a las que, precisamente, el diario debería denunciar o, por lo menos, de cuyas afirmaciones dudar.

La Associació Catalana de Comunicació Científica (ACCC), la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) y la Sociedad por el Avance del Pensamiento Crítico (ARP‐SAPC) se han cansado y han enviado una carta al defensor del lector del citado diario en la que advierten de la deriva pseudocientífica de muchas de las entrevistas que se publican en La Contra y en el Magazine. He aquí dos extractos de la misiva:
Como periodistas y comunicadores científicos, hemos observado con preocupación que La Vanguardia (LV) reserva sistemáticamente espacios destacados, muy especialmente La Contra, para informaciones contrarias al conocimiento científico, y a veces incluso al mismo sentido común. Escribimos para pedir que LV tenga en consideración unos mínimos criterios de rigor científico al elegir los temas a tratar y los entrevistados.

(…)

Además, la calidad de algunos entrevistados es dudosa aún sin tener en cuenta criterios científicos. Esto es especialmente grave cuando los entrevistados pueden usar la credibilidad otorgada por el medio para lucrarse, a través de contratos con empresas, venta de libros, terapias, y otros medios. No pedimos respeto sólo por la ciencia, sino sobre todo por el periodismo de calidad, tanto el científico y el especializado, como el generalista.
En la carta, que se puede leer completa en castellano y en catalán, e incluso puede uno adherirse a la causa firmando en change.org, mencionan dos casos recientes:
  • “una entrevista a Joe Dispenza en La Contra (09/01/2013, ya entrevistado el 14/08/2007), cuyas afirmaciones sobre mecánica cuántica y neurociencias carecen notoriamente de fundamento científico"
  • "un reportaje sobre Masaru Emoto en el Magazine (18/01/2013), cuyas declaraciones sobre la ‘memoria del agua’ han quedado desmentidas en conocidos experimentos, publicados en la revista Nature, entre otras”. 
Y vosotros, ¿estáis de acuerdo con la deriva pseudocientífica que se denuncia en la carta?

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