miércoles, 6 de febrero de 2013

El defensor del lector de La Vanguardia contesta a las asociaciones de comunicadores científicos

Josep Rovirosa, defensor del lector de La Vanguardia (Foto: La Vanguardia)

El defensor del lector de La Vanguardia, Jordi Rovirosa (en la foto), ha respondido a las quejas que la Associació Catalana de Comunicació Científica (ACCC), la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) y la Sociedad por el Avance del Pensamiento Crítico (ARP‐SAPC) le hicieron llegar la semana pasada a través de una carta conjunta. Las tres asociaciones denunciaban que informaciones y entrevistas publicadas en el Magazine y en la sección de La Contra eran contrarias al conocimiento científico.

Rovirosa contesta en poco más de una página que el objetivo primordial de ciertos reportajes o entrevistas de La Vanguardia “no es la divulgación del conocimiento científico sino acercar a los lectores la singularidad de ciertos personajes que, muchas veces, acaban de publicar su último libro –a menudo de gran lectura– en una editorial de nuestro país". Al final de la respuesta, en lo que parece una concesión, se compromete “a vigilar que La Vanguardia distinga escrupulosamente la información científica de la que, sin renunciar a ella, no ha sido validada como tal”. Es decir, diferenciar pero no eliminar.

Las mencionadas asociaciones abrieron una petición en change.org para solicitar que se respetara el rigor científico en las informaciones periodísticas de La Vanguardia. Cuando publico este post ya cuentan con 945 firmas de las 1100 que se habían propuesto como objetivo.


A ustedes, ¿les satisface la respuesta del defensor del lector?

3 comentarios:

  1. Que un libro se venda mucho no significa que lo que dice sea cierto.

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  2. La sección de Tendencias de La Vanguardia es la que incorpora habitualmente reportajes, noticias o entrevistas con destacados profesionales de la actividad científica cuando se da el caso de que son noticia. Su finalidad si es la información y kla divulgación de tales logros científicos. En cambio, La Contra es, como manifiesta el señor Rovirosa, un espacio de entrevistas más o menos entretenidas y distendidas con personajes de lo más variopinto (no sólo científicos sino también artistas, gastrónomos, presentadores de TV... incluso ¡ladrones!) que han destacado por un motivo u otro y que han presentado un libro recientemente.

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  3. Hola, anónimo. Aunque coincido con lo que comentas, no creo que el defensor del lector se refiera a la veracidad o no de lo que se dice en el libro, sino a que, a veces, se entrevista a tal o cual persona porque ha publicado un superventas y tiene repercusión social.

    Me alegra, Lourdes, verte por estos lares. Espero que todo te vaya bien. Respecto a tu comentario, supongo que las asociaciones quieren denunciar que en LV no debería haber cabida para artículos de más que dudosa veracidad científica. Si se entrevista a alguien que afirma haber hablado con extraterrestres –por ejemplo- debería ser porque LV y los entrevistadores saben que el entrevistado tiene pruebas. Y en este supuesto, además, sería noticia de portada. En caso contrario, LV no es lugar para la entrevista, a menos que fuera para desenmascarar al impostor si este hubiera adquirido demasiado eco social; si no, mejor optar por la indiferencia y no entrevistarlo. La Vanguardia vende –en teoría- credibilidad, rigor y autoridad, por lo que a cualquier artículo que aparezca en sus páginas se le otorgará –en principio- visos de verosimilitud. No se debería agarrar uno a suponer que todos los lectores ya sabrán a qué atenerse por el hecho de que tal o cual afirmación aparezca en La Contra. Sería suponer demasiado.

    Bueno, Lourdes, un abrazo, espero haberme explicado.

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