martes, 12 de febrero de 2013

El (pen)último pecado de la Iglesia Católica


¿Por qué renuncia el Papa?
“Por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”. Esta es la razón que Benedicto XVI ha ofrecido al mundo. Si todo marcha según estas palabras, el 28 de febrero a las ocho de la tarde Ratzinger se convertirá en el quinto Papa de la Historia que renuncia en vida al ministerio de Obispo de Roma. Antes que él, lo hizo Gregorio XII, en 1415. Casi habrán transcurrido 600 años desde la última dimisión. El Papa dimite con la Iglesia repleta de adversidades (pederastia, espionaje, paraísos fiscales…) ¿Ha sido libre la decisión del Pontífice?

La pederastia es y ha sido uno de los problemas capitales –sino el mayor- de la Iglesia en los últimos años. Y a Ratzinger le ha tocado lidiar con ella. Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe –la antigua Santa Inquisición- se le acusó de encubrir ciertos casos. Siendo cardenal, y a un mes de ser elegido Sumo Pontífice, Ratzinger atacó a los pederastas de la Iglesia: “¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar entregados al Redentor. ¡Cuánta soberbia! La traición de los discípulos es el mayor dolor de Jesús”. Benedicto XVI –culpable o no de encubrimiento y al margen de otros de sus defectos y "pecados"- quería limpiar la Iglesia de esa escoria.

Sin embargo, a los movimientos ultracatólicos que medraron en la curia romana durante el extenso papado de Juan Pablo II –como Opus Dei, Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación-, les disgustaba sobremanera las intenciones regeneracionistas de Ratzinger. Así, por lo menos, lo relata el periodista de El País Miguel Mora en el artículo titulado “Los movimientos ultracatólicos ganan la partida”. En “Un papa rodeado por lobos”, otro artículo del mismo diario publicado hace un año, el periodista Pablo Ordaz describe las luchas de poder y las intrigas en el seno del Vaticano; incluido un supuesto caso de complot para asesinar al cabeza de la Iglesia de Roma. Ya por entonces el firmante del texto apuntaba: “Quizás lo único cierto es que un sector de la curia vaticana (…) considera que el actual Papa ha ido demasiado lejos al promover la transparencia en los dineros de la Iglesia y al cortar de un tajo la permisividad con los abusos a menores”.

Hay quienes han loado la decisión de Benedicto XVI: retirarse si no se encuentra uno con fuerzas físicas y espirituales suficientes. Queda ejemplar y digno de alabanza, pero la verdad quizás sea más sombría y triste; más humana y menos divina. A juzgar por lo leído en esos artículos, a Benedicto XVI la jerarquía católica le ha expulsado. Nada de renuncia libre, sino presiones y soledad. Otra vergüenza a añadir a las muchas de la Iglesia Católica. En su lugar, el poder en la sombra ansía colocar a un tecnócrata (parece que las crisis afectan por igual a estados laicos y confesionales). A los enemigos de la Iglesia de San Pedro esta medida les favorece. Un obispo reformista –un simpatizante de los teólogos de la liberación, por ejemplo- en la silla de Pedro podría perpetuar Roma por unos cuantos siglos. Con uno continuista tiene los días contados.

Para acabar, si se me permite la broma: alguien en el cielo se ha enfadado por el (pen)último pecado de la Iglesia Católica.

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4 comentarios:

  1. Si dimiteix perquè dimiteix i si no, perquè no ho fa. No podira ser que hagi dimitit perquè, honestament, no s'hi veu amb cor?

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  2. Creo que dimite porque se ve mayor y ya está. Incluso quizás esté enfermo y por eso, no se veaa con fuerzas. Claro que habrá tenido asuntos que le pesen, pero expulsarle... no sé pienso que no.

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  3. Ahora ha salido a la luz que hace poco le operaron para cambiarle un marcapasos. Sin duda, que está mayor y enfermo, pero recelo de que únicamente se haya retirado por eso. Si Benedicto XVI se hubiera sentido arropado por toda la jerarquía y por los movimientos ultracatólicos, pienso que no habría dimitido. La vejez y la falta de fuerza física y espiritual le han servido de... excusa, podríamos decir. Por eso digo que, de libre en la decisión para renunciar, poco. Y una de las condiciones para que un Papa pueda dimitir es que sea una decisión libre. De ahí que crea que, en realidad, le han echado.

    Pero, claro, podría equivocarme y solo tratarse de vejez.

    Sea cuales hayan sido sus motivos eso no quita que, quizás, haya tomado la decisión más acertada, desde el punto de vista humano.

    Ahora bien, desde el divino...
    «¿Quo Vadis, Domine? Romam vado iterum crucifigi»

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  4. Hola....un soplo de renovación nos está levantando los faldones de todas las instituciones de poder...Asistimos expectantes a momentos insólitos de la humanidad...donde pareciera que no quedará nada sin airearse y todo lo que no es en el sentido de la Vida tendrá que ser cuestionado,revisado y cambiado...y esto va a ser así, aun en contra de nuestra voluntad...parece que no depende sólo de nosotros ...Toca otra forma nueva de relacionarnos donde sentirnos criaturas privilegiadas inmersas en un Misterio Insondable ...promovidas ,nutridas y entretenidas para Ser servidores anónimos...como lo son el resto de criaturas de la creación ....Bendiciones para todos...Los "buenos"y los "malos"...
    Que tengan un venturoso viaje......

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